Siempre me he sentido un privilegiado por viajar a lo largo del planeta, conocer diferentes culturas y sentirme tan chiquito y tan de ninguna parte… y mira que tengo viajes para contar y mucho más posibles y cercanos, pero una de las cosas que ahora tanto valoro es haber estado en Katmandú, la capital de Nepal. La impresión no me deja sin palabras, me da más ganas de contarlo, recuperar algunas vivencias, que no quiero que se pierdan, se me acumulan recuerdos, todos buenos… Viajar a Nepal fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Katmandú, la capital de Nepal

Al llegar a la ciudad una de las primeras cosas que adviertes es la ausencia de luz, no están a la altura de nuestro exhibicionismo lumínico, sino que tenían sistemáticos cortes, a determinadas horas del día y de la noche. Con lo cual debían aprovechar para asearse, calentar la comida y todo tipo de quehaceres cotidianos, de las 18.00 a las 20:00 o de  las 07:00 a las 09.00 dependiendo época del año o barrios.

Namaste es el saludo  de Nepal y la despedida, puedes encontrarlo inscrito hasta en las alcantarillas, es alegría, es como el Akuna matata del Africans. Namaste quiere decir en hindú y sánscrito: Saludo reverencial hacia el interior de uno mismoEn el contexto tántrico significa: Reverencio a Dios presente en ti y en miY la gran hospitalidad del país va en la misma línea, pues siendo pobres siempre muestran sus dientes blancos, con una riqueza de ánimo que traspasa.

Viajar a Nepal: saludo Namaste.
Mujeres trabajando por las calles de Nepal.

Nos llamó la atención que en la calle había mujeres obreras, mujeres curtidas trabajando como cualquier varón, cargando adoquines y grava con un saco que se asienta en los riñones y que su tensión es soportada por un cinturón que va hasta la frente, recordé una escena parecida en La paz (Bolivia) un grupo de madres con sus nenes a cuestas, estaban picando el firme de una calzada con herramientas rudimentarias y en una pendiente difícil de creer. No digo que me parezca mal que las mujeres trabajen en trabajos físicos duros, pero en nuestra área es poco frecuente y no me acostumbro.

Recuerdo la profusión de artesanías, las Estupas (templos budistas) … la espiritualidad  emana de cada rincón, los monos sueltos,  el turismo de montaña (muchos escaladores que van al Everest pasan su últimos días aquí).

Cúpula de un templo budista en Nepal.
Viajar a Nepal: Cúpula de un templo budista.
Viajar a Nepal: Templo budista
Visitando la capital. Katmandú

A Katmandú la disfruté tranquila y  llena de vida y ahora está rota… por el devastador terremoto ocurrido hace un año. 9000 Personas fallecidas, no hay palabras para expresar el dolor. Los recuerdos pasaron por mi cabeza al enterarme de lo ocurrido y ver las imágenes de aquella ciudad plagada de miles de tétricas piras funerarias, hace que el corazón se te estremezca mucho más. Viajar a Nepal ha sido uno de los viajes que mas me han marcado, por sus gentes, sus paisajes, por tantas lecciones aprendidas…

Piras funerarias en Nepal.

La pérdida de un patrimonio claro que es dolorosa, pero como dice mi amiga Roma: “Si se puede arreglar con dinero, no es un problema”.

Uno empatiza con los lugares en los que estuvo y con sus gentes, recuerdas con cariño el trato, su  simpatía y  recuerdas a algunos niños, siempre risueños y te preguntas si estarán bien o si estarán . Es una catástrofe en toda la magnitud de la palabra, pero no quiero ahondar en el drama quiero contar otras cosas, es lo único que puedo aportar, esto y el granito de  la colaboración.

Viajar a Nepal: No se me olvida sus gentes, su alegria, su humildad..
Conocer las gentes al viajar a Nepal.

Peculiaridades que aprendí al viajar a Nepal, en un pueblo cercano a Katmandú.

Quehaceres diarios:

Por la mañana salían a la calle y “pintaban” una franja en la parte baja de la casa y puerta, pintaban con boñiga de vaca, si si, como lo leéis, todas las mañanas, cuidadosamente con una brochita colorean, una franja entre la acera y la puerta, como un faldón, quedaba rojizo ¿y para qué? Pues para desinfectar y evitar enfermedades y males… estéticamente, no queda mal.

Viajar a Nepal: Templo budista.

Además razón no les falta cuando expertos nepalies están siendo demandados en todo el mundo para aplicar sus conocimientos sobre la Boñiga, me fascina esa convergencia entre los chamanes tachados a veces de locos y la ciencia que «descubre lo ya descubierto».

Si queréis podéis consultar más información sobre esto en este articulo de la BBC.

Este hábito lo siguen practicando, tanto en casas como en templos, como parte de sus tareas domésticas diarias.

Pueblo de Nepal.
Hombre labrando la tierra en un pueblecito cercano a Nepal.

El pueblito es alargado y encajado en un pequeño valle, por eso se que no es de los más afectados,  me da rabia no recordar el nombre tenia; un pequeño núcleo y luego las casas se extendían hacia el campo y otro pueblito cercano, en este transito, las cunetas, se convertían en arroyuelos que acababan regando los bancales de cultivo con  patatas, habas y no recuerdo que mas vegetales, en las cunetas de agua abundante y clara  había  patos, bastantes patos, todos con un lazo de diferentes colores, una señal en su ala, para saber quien es el propietario.

Recuerdo también a personas oscilando su cuerpo, trabajando la tierra con unos rústicos azadones, enormes, tenían que mover todo su cuerpo para cavar, era como un vaivén bonito de ver.

Recuerdo un sol potente en contraste con el fresco de la altitud.

Y en las afueras,  una casa con multitud de niños con síndrome de Down, un centro de acogida y cuidado, con pocos medios pero atendidos.

Recuerdo también las casitas bajas, en las que cualquier lugar es bueno para trabajar en la madera para vender unos trabajos increíbles como souvenirs.

Prohibido comer pollo:

En este pueblo está prohibido comer pollo según nos contaron, unos ladrones, amparados en la noche, habían conseguido llevarse  el icono de un dios de uno de sus templos y al salir con la figura y en el tránsito silencioso un grupito de gallos territoriales empezaron a cacarear con una potencia inusitada, tal es así que cuando los vecinos salieron a ver que pasaba se encontraron de frente con los ladrones y pudieron impedir el saqueo, desde entonces y agradecidos por el favor de los gallos vocingleros y en honor a ellos, prohibieron comer pollo en todo el pueblo, en la actualidad lo siguen a rajatabla ¡y por eso hay tantos patos! . Yo con mi malicia me imagino a algunos vecinos mas avispados yendo a Katmandú a un supermercado comprando pollo en secreto “pollo de estraperlo”. Me pareció tan simpática esta costumbre que quería compartirla con todos vosotros, porque viajar también consiste en aprender, y para mi viajar a Nepal fue un constante aprendizaje de costumbres diferentes y lecciones de humildad.

Estamos acostumbrados a otras restricciones alimentarias por motivos religiosos, los musulmanes el cerdo y los judíos a parte del cerdo tienen más limites como lácteos, algunos pescados, mariscos etc… los indios con las vacas y nosotros que a veces vamos hacia dietas extremas en las que también nos limitamos y después están los que comerían de todo y no tienen ni raíces que llevarse a la boca, por la pobreza del terreno o porque nacen en una zona en la que te toca pasar hambre… a veces estas personas tienen una espiritualidad y un optimismo vital que descoloca, quizás simplemente porque no tienen nada, “a veces” son más felices que nosotros, que tenemos casi de todo y a veces sentimos que nuestra vida esta hueca.  Menuda lección de humildad, todos deberíamos aprender mucho más de ellos.

Y no me olvido de lo que nos está pasando en Ecuador o en Siria, sí digo, nos está pasando, porque ellos son nosotros dentro de un rato, tuvieron menos suerte y eso no nos legitima a tratarles mal o a despreciarlos .

Al igual que Nepal, en la actualidad hay más lugares maravillosos que ahora están ensombrecidos, pero que volverán a brillar… Viajar a Nepal es una de las experiencias imprescindibles para todos aquellos que tengáis alma viajera como yo.

Esperando que se restablezcan pronto y la mejor ayuda que podemos darles es viajar a Nepal.

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